8 – 10 (Elleunle Ofún)



Santos que hablan: Yeguá, Obatalá, Oddúa, Ochún.

Refranes: “Las palabras se las lleva el viento”, “Respeto engendra respeto”, “El río abre el cauce y este esclaviza al río”

Nació Yeguá.

Nació el miedo.

Nació la jalea real, la pomarrosa, la puesta del sol, la cascarilla.

La persona tiene que hacer santo.

Dele gracias todos los días a Yeguá y a Oddúa.

Las botellas vacías póngalas boca abajo.

Debe usar el iddé de Orula.

Por momento la persona se vuelve apática en sus cosas.

Se le pueden aflojar las piernas.

Se puede padecer del corazón y de la presión alta.

No hable sus cosas.

No se acueste enseguida que termine de comer.

No deje la losa sucia de un día para otro.

Vístase de blanco lo más que pueda.

Use collar de Obatalá.

Hay habladurías a su espalda.

Señala proximidad de matrimonio.

La sangre le sube a la cabeza a la persona.

Báñese con azucena.

No oiga chismes.

La persona lucha buscando lo imposible.

Báñese con platanillo de cuba, con morulo, con cedro o pomarrosa.


Use mucha cascarilla en la entrada de su casa, en los rincones; y lleve usted cascarilla encima.

Hay un palero que le hace brujería.

Ponga una cadena de hierra en la puerta de su casa para que todo el que entre la pise y se desbaraten las brujerías que puedan traer para su casa.

Mucho cuidado lo que usted construya no sea su esclavitud.

Ponga una bandera blanca en la puerta de su casa y una cruz de cedro detrás de la puerta.

Según la persona se cuide así vivirá.

Límpiese con una paloma y échela a volar.

Aquí nació el rejuvenecimiento de las personas.

Reciba Oddúa y Yeguá.

Eche harina y quimbombó en la puerta de su casa para que Ikú no pueda entrar, y si entra resbale y caiga.

No sea caprichoso.

No puede ingerir ningún tipo de bebidas alcohólicas.

No se ponga ropa negra.

Sus enemigos quieren destruirlo.

No se desee la muerte.

Historia donde Elleunle le pidió a Olofin que le procurara un sol, una luna y estrellas para esclarecer el mundo. Olofin le dijo que sí y le encomendó esta tarea a Eleguá. Entonces Eleguá reunió todas las aves y animales del mundo para con su sangre poder llevar a cabo el trabajo que Olofin le encomendó. Eleguá le llevó un poco de sangre en unas jarras a Olofin como testimonio de lo que había hecho. Olofin tomó estas jarras en sus manos, se dirigió a los santos y dijo: Cada uno de ustedes tomará de esta sangre para resolver los problemas de los humanos en la tierra. Desde entonces, todos los Orishas comen eyebbale.

Historia donde Orula tenía un ahijado predilecto llamado Omolú que era Rey de la tierra Adifá. Este tenía un hijo llamado Addelé y su padre lo había encargado de ser el intermediario de todos los santos ante él, pues Omolú se encontraba muy ocupado con las tareas de Ifá. Viéndose Addelé con tanto poder se creyó mayor que su padre Omolú, llegando a conspirar en su contra, donde preparó secretamente un ejército para destronarlo. Al enterarse Orula, corrió a esa tierra y les habló a todos los santos exigiendo respeto y cariño para Omolú, donde lo aclamaron como Rey absoluto de la tierra Adifá. Orula le dijo a Addelé que seguiría siendo el encargado de expresar el deseo de los santos, pero con los caracoles, nunca con los odduns de ifá. Y para evitar tragedias futuras, desterró para siempre a Addelé  del reino de Omolú diciéndole que ninguno de sus hermanos lo volverá a llamar para nada y que el que así lo haga faltará a este juramento. Fue aquí donde se separaron Omolú y Addelé, que aunque parientes, tienen diferentes nombres en el oráculo. Y por eso, los awoses no tiran caracoles.